viernes, 17 de abril de 2020

La invasión del virus por Lucas Oslé



Nos ha llegado este maravilloso texto de Lucas Oslé, escritor, que estamos segur@s os gustará tanto como a nosotr@s.

A lo largo de la historia de la narrativa muchos escritores como Dickens, Conan Doyle, se han ido dando a conocer dejándonos, en diferentes capítulos, un avance de sus maravillosas obras. Siguiendo este planteamiento iremos subiendo en diferentes entradas los capítulos de "La invasión del Virus" para que los disfrutéis tanto como lo hemos hecho nosotr@s.

¡Muchas gracias Lucas por compartir con nosotr@ esta obra de arte!



Prólogo

Seguramente pienses que los virus se propagan porque la gente se contagia al tocar algo o porque le ha contagiado una persona…..
Si eso es lo que crees, tienes razón…… ¿Cómo van a existir los virus asesinos?.... Estás en lo cierto. Como no te vas a creer estas sandeces, me gustaría que cerrases el libro y no cambiases tu forma de pensar sobre el coronavirus; pero si quieres imaginar una historia diferente….. sigue leyendo.

Capítulo 1:

Jorge corría y corría para que no lo mataran.
Unos mercenarios iban a por él para hacerle desaparecer.
A Jorge se le helaba la sangre al pensar lo que sería de él.
Se había escondido en unos matorrales y, arma en mano, se aproximaba a un cuartelito. Los mercenarios miraron a su alrededor para buscar a Jorge pero se había escondido demasiado bien. El chico se aproximaba cada vez más rápido hasta que una voz le desconcertó:

-Jorge, deja la máquina-.
Cuando Jorge se dio cuenta dijo:

-¡Ahora voy!-.

Pero no pensó en los mercenarios y le abatieron.
En ese momento, Jorge, un chico de 12 años con pelo encrespado, ojos azulados, con un traje de agente secreto. Era un chico muy imaginativo que imaginaba que era un agente secreto. Su hobby eran los videojuegos y, de vez en cuando, ver películas.
Jorge, se quitó las gafas de realidad aumentada.
Salió de la habitación y sacó una escopeta de dardos de juguete.

-Como me des, te mato, pelo loco- le decía su hermana que se reía de su pelo-. Mamá nos llama a comer.

-Iba a jugar-protestó Jorge.

-Me da igual… ¡Vamos!-.

Jorge , en algunos momentos ,no soportaba a su hermana. Cuando ella se quedaba al mando de la casa, se aprovechaba un poco. Pero él, en el fondo, la quería.
Cuando Jorge llegó a la cocina, su madre le regañó.

-¡No puedes estar todo el día con la consola!¡ Deberías usar tu talento con los ordenadores para otras cosas, y no para matar a gente en un videojuego¡

Por la puerta del salón apareció su padre. Con él se llevaba mucho mejor: entendía sus aficiones, le ayudaba, jugaba con él….

-Helena, no hace falta que le grites- le cubrió su padre- no pasa nada porque se divierta un rato.-

-Sí, Carlos puede jugar un rato, pero ayer casi rompió la vajilla que nos regaló mi madre , y hoy me tenía que ayudar con los baños y seguía jugando….-refunfuñó Helena- Si no le hubieras puesto las películas de James Bond ni le hubieras comprado esos videojuegos, esto no hubiera ocurrido…-.

Se pusieron a discutir ( como hacían a menudo),y al terminar de comer, Jorge se fue a echar una siesta. Subió las escaleras y entró en su habitación.
Su cuarto estaba en el ático. Le gustaba mucho que estuviera ahí,porque desde allí no se escuchaban las canciones que ponía su hermana ni las discusiones de sus padres. Su cama era el antiguo sofá de invitados. Su mesa,un viejo mueble bar de cuando se casaron sus padres. Junto a un televisor, sus gafas de realidad virtual. Desde la cama , tenía una vista espectacular de los montes cercanos, ya que su casa estaba en una urbanización. En la estantería, novelas policíacas heredadas de su padre, pero lo que más había eran cómics de superhéroes y revistas de videojuegos.

Se fue a la cama y empezó a soñar con la misión que no había terminado en el videojuego.

No hay comentarios:

Publicar un comentario